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Foro Pruebas

"Genesis tiene un nuevo encargo del que tendrá que ocuparse…a pesar una la sorpresa que le espera."

RESUMEN[]

Angela tiene un encargo y termina por ocuparse de él. Al regresar a su base se encuentra Hich, quien le dice que cobrará como siempre.

Angela regresa a la universidad, donde trabaja, estudia y reside. Allí se encuentra con Mr. Spencer, el cuidador de la residencia, y a su compañera de piso Anya.

Un segundo sujeto la persigue, aunque también acabará con él, pero este llevará una bomba que terminará explotando y noqueará a Genesis.

TRAMA[]

La lluvia me envuelve lentamente. Mi cuerpo está frío, y cada vez un poco más. No puedo pensar claramente. Me persigue sin parar. Se puede decir que me está matando lentamente. Los que me protegían se han ido, los mató a todos. Se ha encargado de que la visibilidad sea mínima. Vi su sangre. Sus heridas son profundas, pero no parece importarle. Debió haber muerto ya, pero aquí sigue. Le observo de nuevo y está sonriendo. No deja de hacerlo. Todo está claro, esta vez no me dejará ir. Tengo que hacer algo…demostrarle quién soy en verdad.

Me muevo sigilosamente. Por fin llega un claro de visibilidad. Estoy temblando, pero logro contenerme. No me ha visto. Es mi oportunidad y saco mi arma. Es el momento: Está de espaldas. Una sonrisa se dibuja en mi rostro. No puedo evitarlo. Mi corazón late fuertemente.

¡Track!

Tropiezo un poco y desvió mi mirada un segundo, pero en cuanto la vuelvo al mismo punto, ya no está.

— Hola. ¿Me buscabas?


Ni siquiera me da tiempo de apuntarle cuando me dispara, o eso creo pues puedo ver su arma que parece antigua. Como sea, destroza mi mano. Perdí el arma. Sonríe de nuevo, ¿por qué? ¿Por qué siempre lo hace?

Mientras grito se acerca lentamente. El dolor es espantoso. Está frente a mi, a solo unos centímetros. Coloca su mano sobre mi pecho y, de pronto como si nada, la introduce dentro de mí. Puedo sentir un calor expandiéndose como miles de navajas ardiendo, y luego el dolor más insoportable. Casi desgarro mi garganta. Tiemblo un poco y mi nariz y mi boca sangran, ya no hay nada más.

— ¿Por qué siempre lo hacen tan difícil? ¿Sabes?, esto fue muy divertido.


Una chica hermosa. Su cabello negro cae extraordinariamente sobre su espalda. Con unos ojos azules y una mirada penetrante, sonríe de nuevo y saca su mano del sujeto sin dejar ninguna herida más que la que provocó con su arma. Observa el cuerpo detenidamente, se aleja y momentos después el lugar está cubierto por el fuego.

— Ya estoy regresando. Esto va a doler por un buen tiempo. …Al menos a él lo disfruté. ¡Ja, ja!


Toca su cuello y hay sangre en él…en realidad mucha, al igual que en su hombro. Ejerce presión sobre el primero y trata de detener la hemorragia. Finalmente lo logra. Sube a un auto gris y observa cómo amanece mientras conduce y sigue su camino. Finalmente llega a un viejo almacén. Un auto negro está fuera, como su ocupante.

Hich: Ya era hora… Pensaba que te habías escapado


Angela: Yo siempre cumplo.

Hich: Tu paga ya está. Ellos solo querían saber que cumplirías.

Angela: …Como lo hago todo el tiempo, y tú lo sabes

Hich: ¿Estás herida? —pregunta señalando sus heridas como si de verdad estuviera preocupado.

Angela: Estaré bien. ¿Tienes mis provisiones?

Hich: Sí. Mmm…tú…amm…haz lo tuyo, y yo contactaré con los clientes. …Y Angy, ¿cuándo aceptarás salir conmigo?


Ella toma una pequeña maleta del auto y tras la pregunta voltea sonriendo:

Angela: Quizás algún día…


Se dirige dentro del almacén mientras él habla por teléfono. Llega a un pequeño cuarto, se quita la ropa y se coloca debajo de una vieja regadera —pues al parecer todo está arreglado ya— y se da un baño. Se seca, se viste y trata de curarse las heridas tanto como puede. Hich la observa, al parecer desde el comienzo. Ella le mira y sonríe nuevamente, mientras sujeta su cabello.

Angela: Ni lo pienses…

Hich: ¡Oh, vamos!

Angela: En serio, no. Además, tengo que ir a casa.

Hich: Cierto. Allí cubriremos tus salidas. ¿Te llevo?

Angela: Gracias.

Hich: ¿En serio andas con ese tarado?

Angela: No, y deja de molestar.


Ambos suben al auto mientras se alejan. Se observa una gran fogata hecha por el auto que conducía, incluyendo la ropa y las gasas ensangrentadas. Se alejan. Su lugar no está muy lejos. Pasada una hora llegan a la ciudad de Boston y el auto se detiene fuera de un grupo de apartamentos.

Angela: Gracias. Oye, creo que me tomaré un tiempo

Hich: Te dije que tuvieras cuidado.

Angela: Sí, ya lo sé. Como sea. Tomará un tiempo en sanar.


Hich baja del auto, es alto, en general muy atractivo, quizá tenga unos 25 años, se coloca frente a ella, la lluvia sigue cayendo intensamente.

Hich: Bueno. Nos veremos luego… —dice acercándose más.

Angela: Adiós —se despide alejándose de él lentamente y coqueteando, al mismo tiempo.

Angela ingresa a uno de los edificios. Por lo que se ve, la mayoría de los departamentos son para estudiantes. Al ingresar se topa con un hombre, posiblemente de unos 50 años, quien la mira y sonríe. La conoce como una chica tranquila e inteligente. Para él no es problemática, estudia en la universidad y trabaja allí el poco tiempo libre que le queda.

Mr. Spencer: Bueno días, Señorita Thompson.

Angela: Buen día, Mister Spencer.


Angela sigue su camino. Esto debe de ser un hábito diario. Sube al elevador y se encuentra con gente que, al parecer, la conoce, recibe y saluda. Finalmente sale de este y camina por el pasillo, saca una llave e ingresa al departamento. Angela se topa con una chica quien, al parecer, tiene problemas para meter sus libros en su mochila.

Angela: Bueno, te puedo decir que si intentas meterlos todos al mismo tiempo quizá no lo logres.


Al escuchar la voz la chica se espanta. No se dio cuenta de que Angela había llegado.

Anya: ¡Me asustaste! Mmm ¡Qué milagro! ¿Por dónde andabas?

Angela: …Un poco ocupada. ¿Tienes clase?

Anya: Con Watson. Ya sabes cómo se las gasta para hacernos batallar.

Angela: Claro. Nos vemos allí.

Anya: ¿Qué te pasó?

Angela: Me caí.

Anya: …Si tú lo dices…


La joven sale del departamento dejando sola a Angela, quien en cuanto siente que se marcha se dirige a su cuarto. De debajo de su abrigo, Angela saca un arma que parece una pistola antigua, de unos 30 centímetros. Al cambiar de abrigo, aprovecha para guardarla en este, y se prepara para salir.

Después de cerrar su habitación, al caminar por el pasillo, se detiene abruptamente. Algo no está bien. Se da cuenta de que alguien está detrás de ella, así que se mueve rápidamente, pero no lo suficiente, pues un disparo roza su brazo. El sujeto sigue disparando y le da nuevamente, esta vez en el vientre. Angela se cubre contra una pared.

No puede esperar el elevador, así que toma las escaleras. Trata de bajar, pero el sujeto sigue disparando. Trata de ser más rápida, pero las heridas no se lo permiten. Saca su arma, pero no funciona. Finalmente se concentra lo suficiente pues ya casi ha llegado al primer piso. Ha tomado el camino para la puerta trasera, así que espera, mientras observa su sangre correr entre sus dedos.

Finalmente el sujeto baja y, reuniendo toda su energía, le golpea, lo que hace que éste tire su arma, pero también sabe defenderse. El sujeto la golpea enfocándose en las heridas, pero ella solo quiere acercarse un poco más, lo suficiente para hacer el daño que se requiere. Finalmente lo logra e introduce su mano dentro del estómago del sujeto, quien deja de moverse. Ella concentra toda su energía y la libera dentro del sujeto y, con una gran furia y esta vez sin sonreír, trata de hacerlo lo más doloroso posible. Finalmente lo mata. Angela se recarga en la pared y luego se da cuenta de que algo le sale de una de las mangas del sujeto: Un contador. Solo quedan unos cuantos segundos…5…4…3…2…1…0…

¡BOOM!


Apenas logra salir, pero es alcanzada por la explosión. Cae fuertemente sobre el suelo con la lluvia sobre ella, tornándose roja por su propia sangre. Trata de levantarse, pero todo le da vueltas. El dolor regresa de nuevo. Sus ojos se cierran un momento y, al abrirlos de nuevo, puede escuchar las sirenas acercarse.

Sabe que no puede permanecer en el lugar. Trata nuevamente de ponerse en pie y lo logra, pero con dificultad, apoyándose en la pared. Camina un poco y llega a un pequeño callejón en el que se desvanece.

OTROS[]

Notas[]

Anotaciones[]

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