Wiki Neo X
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Sección T-617 Adventures

"Adonis ha regresado, tras usar a la Strikers Corporation para hacerse del cuerpo de Worm, y junto la ayuda del Darkhold, Adonis tiene un plan en mente para el control del mundo, es el amo de los N´Garai, solo los Neo X se interponen en su camino

RESUMEN[]

EN CAMINO

TRAMA[]

New York. Base del Círculo Negro[]

Los Strikers habían aparecido en medio de aquel tumulto y adoración:

—Saben nuestra misión —dijo Devon, quien se había adjudicado el liderazgo del equipo— Samara, mantente atrás si es que necesitamos retirada rápida.

—Les dije que me llamen Wormhole —dijo la chica más joven del grupo. Había sido salvada de un futuro distópico que nunca debió existir y era la gran teleportadora.º

—¿Eso es en honor a la gusana? - preguntó Horemeb, el ninja hermano de Devon, mientras golpeada a unos cuando hombres encapuchados que corrían despavoridos.

—Su nombre era Angela —dijo la chica con una mueca en el rostro— y, literalmente, mi poder abre un túnel de gusano que desafía el espacio-tiempo.

—Mejor me encargo yo —dijo la mujer de cabello negro y luces doradas. Alice Corday, quien se hacía llamar Papillon, soltó sus esporas negras en toda la habitación y todos los adoradores quedaron en el suelo.

—¿Me puedes repetir la misión, Devon? —preguntó Tony. Era el miembro más reciente en este extraño grupo y aún no le quedaba claro el porqué había decidido ayudarles.

—Necesitamos al líder del Círculo Negro —contestó segura de sí—, Darkfire.


En algún hotel en la carretera. Días antes[]

El sudor brotaba en su frente. Las pesadilla de Devon cada noche eran más intensas. Era el fin del mundo en sus sueños: lluvias de fuego, hielo, viento y un mundo gobernado por demonios. Finalmente despertó y tomó del vaso de agua que había dejado en la mesita de junto:

—Fuiste tú, Angela —decía refiriéndose a Worm. Su muerte había sido hacía algunos días. La había tocado en la frente y lo último que le dijo fue que “ahora ella vería”—. ¿Qué más quieres de mí? No soy una heroína. Lo intenté y no fue para mi. ¿Por qué me haces soñar con el fin del mundo?


De regreso al presente. Base del círculo negro[]

Tras el interrogatorio, Horemeb y Tony tiraban abajo puerta tras puerta. La última habitación alojaba a un hombre encapuchado y arrodillado que les daba la espalda. Una larga antorcha frente a él despedía una llama negruzca:

—Ustedes de nuevo —dijo sin voltear—, creo que tendré que enfrentar mi destino.

—Solo quiero respuestas y te dejaré en paz —le dijo Devon—. El cuerpo de Worm ¿a dónde lo llevaron?

—Es el fin del mundo, querida —contestó el hombre. Su rostro se veía desfigurado y tenía algunas quemaduras—. La Era de Adonis viene a nosotros.

Días antes[]

—Los sobrevivientes…¿es este tu equipo? —decía el joven italiano mientras se retiraba mechones del rostro.

—Solo tú haces falta —le contestaba Devon—. He visto el fin del mundo.

—¿Por qué me necesitas? He arreglado mis asuntos con la gusana y ahora está muerta. No tengo más que hacer contigo. Además, tú y tu hermano no me agradan.

—¡Oye!—exclamó el guerrero egipcio desde atrás.

—Esto no es sobre mí, Tony. Worm me marcó, o más bien me maldijo. Llegó nuestro día del juicio y tu eres participante.

—¿Y que tengo que hacer?

—Necesito que rastrees a un viejo enemigo, que puede ayudarnos contra otro mucho peor.

—¿Quién puede ser tan peligroso para que necesites mi ayuda?— preguntaba Tony con sarcasmo.

Adonis.

Base del círculo negro. Presente[]

—¿Hablará o lo obligo? —pregunta Papillon. Darkfire estaba sentado frente a todos ellos y pasaba su mirada de uno a otro.

—Ya estoy obligado, mortal —dijo Darkfire mostrando una sonrisa grotesca—. La médium ha visto el fin del mundo y les ha enviado un regalo conmigo.

—¿Eimi? - preguntó Horemeb sorprendido.— ¿Dónde está? ¿Cómo es que la conoces?

—La médium empezó como una mutante, pero ahora es más que eso. Es lo mismo que con Adonis. Él le teme a la medium, aunque ella no puede ayudar de forma directa, pudo predecir la destrucción que se avecina. Estoy maldito por esa bruja. - Darkfire hizo una expresión de molestia - Ahora lo único que hago es servirle, contra mi voluntad, que les quede claro.

—¿Qué quiere Adonis? —preguntó Devon. Había captado la idea: el monje iba a ayudarles.

—Su ritual final. Se ha hecho con el Darkhold, el libro de su señor, y ya tiene el último ingrediente: el cuerpo de la gusana. -


Darkfire se aleja un poco mientras pone mirada distante:

—Es difícil, para mí, recordar hace cuanto fue. Hemos vivido por mucho tiempo. Adonis nació en la antigua Grecia. “Un hermoso niño” dijeron todos. Desde muy joven tuvo cargos políticos y roles importantes en el gobierno, pero no era por su carisma o su rostro, Adonis era mutante y su poder era simple, provocaba que la gente quisiera estar cerca de él. Las mujeres lo amaban, y todas querían acostarse en su lecho. Pero él quería más. Los sacerdotes del Círculo Negro servimos a muchos hombres en el pasado: reyes y hombres poderosos, que necesitaban de la magia para sus fines. Adonis tenía poder político, pero algo más, afinidad por la magia. Usó su poder para engañarnos, para que le enseñaramos. Aprendía rápido y, cuando vio que no nos necesitaba más, nos traicionó. Traicionó a nuestro señor y quiso ir a por alguien más poderoso y peligroso.”

—¡Chthon! —interrumpió Devon, quien había visto a aquel demonio antiguo en sus sueños.

—Adonis sirvió a su amo por generaciones, gracias a la vida eterna obtenida por la magia. Se convirtió en un “Redentor del Darkhold”. Pero falló y se le hizo pagar el precio. Enclaustrado y sin poder, tuvo que esperar al día de su liberación. Fue hasta su era, ¡oh NeoX, tan jovenes y tan afines a los últimos eventos mágicos de su tiempo!, cuando detuvieron a Adonis una vez[1]. Pero ahora se ha vuelto amo de los N’Garai. Ya solo le falta una cosa: el control total.

—Somos Strikers, no hay NeoX aquí. Deja de decir cosas confusas y dinos cómo lo detenemos —lo obligó Devon ya fastidiada.

—Hay un plan A, el cual le daría una resolución parcial: recuperar el cuerpo de Worm, destruirlo y posponer su ritual. El plan B consiste en matarlo.

—¿Cómo se mata a alguien que, a mi parecer, se ha convertido en un dios? —intervino Tony.

—La SoulSword, una espada de alma. Ya lo han hecho antes. Pero no nos sirve cualquiera, necesitamos una aún más especial que la última que se usó. Eso es lo que la médium quiere que hagan.

—¿Y cómo la haremos? —continuó Devon impaciente.

—La joven Samara nos va a ayudar en eso —dijo Darkfire volteando a verla.

—¿Yo? —preguntó la niña confundida.

—Y alguien más…los necesitamos a ellos, poderosa líder. Lo sabes —le decía el monje a Devon.

—No. No quiero meterlos en esto.

—Tiene razón, Devon. Tenemos que hablarlo —dijo Horemeb viendo fijamente a su hermana.

—Estoy de acuerdo. Los necesitamos —Tony también lo entendía.

—¿De quiénes hablan? —Papillon parecía confundida.

—¿No lo has captado? ¿En verdad no los recuerdas? —preguntaba Horemeb sorprendido.

—Malditos NeoX —sentenció Devon.

El faro, base de los Neox. Esa misma tarde[]

Shaman levitaba en una posición de loto. El sudor se escurría por sus sienes. Estaba preocupado, se había dado cuenta de que tenía lapsos amnesia y que había tenido episodios de sonambulismo. “Un telépata sonámbulo”, la idea misma lo avergonzaba. Escuchaba movimiento en el aire y pudo sentir varias presencias: Una nave de SAHID se posaba sobre ellos. Ghost y Silenciosa bajaban para ser recibidos por Eon:

—Nikolev —dijo Adrian Beckmann saludando a la única mano de Eon.

—Con Ivan está bien —le respondía Eon, mientras Isabella Cortés le sonreía a un costado de ellos.

—Buenas noticias —dijo directamente la mujer agente —, tenemos el paradero del Darkhold. Al menos una buena sospecha.

—Adonis. —Las últimas semanas de investigación de SAHID y su última misión les habían dejado algo claro: Adonis tenía el Darkhold y eso no era bueno.— ¿Qué hay que hacer?

—Debemos de atacar por sorpresa. Sabiendo que es débil a tus poderes, Nikolev, un equipo pequeño para no llamar demasiado la atención, tendria que ser suficiente.

—¿Vamos ya? —preguntó Shaman que aparecía desde atrás con su uniforme listo— ¿A quién llevaremos?


Pasados unos minutos Hate, Quimera, Enix y Calypso estaban esperando a Eon y Shaman:

—No sabía que andaban todos ustedes por aquí —indicó Ivan, miembros habían ido y venido en los últimos meses, pero sabía que estas personas habían sido dañadas por Adonis, Ivan se miraba preocupado, eran muy pocos, contra alguien que parecía un dios, pero el tendría que liderar aquel ataque, con la única ventaja que tenían.

—No aceptaré que me nieguen ir - decía la mujer del agua con furia en los ojos, quien había reaparecido de la nada.

—Está bien Ixchel, vayamos, pero esta misión será una de las más peligrosas. Este debe ser el final de Adonis.


Poco después, los seis Neox subían a la nave de sus compañeros espías:

—Aquí división ABYSS comunicando —decía Silenciosa— objetivo A ubicado y en camino.

—¿A dónde vamos Adrián?— preguntaba Shaman.

Mitilene, Isla de Lesbos, Grecia. Horas después.[]

—Un viaje largo, pero no “tan” largo —indicó Calypso— ¿por qué Grecia?

—Son las coordenadas que hemos obtenido —contestó Isabela—. Creemos que aquí se ha estado ocultando Adonis y que tiene que ver con sus orígenes.


Habían bajado de la nave en modo camuflaje. Se encontraban cerca de una hermosa bahía y habían fijado su atención en una especie de mansión con vista al mar. La construcción parecía muy vieja y de acabados antiguos:

—¿Es nuestro lugar? —preguntó Eon, mientras miraban a la distancia.

—Así es —dijo Ghost—. ¿Cuál es el plan?.


De pronto, un portal apareció frente a ellos con unos haces de luz blanca y azul. Seis figuras emergieron:

—La isla de ’’Lesbos’’ es donde nació Adonis. —El monje Darkfire fue quien había comenzado a hablar.

—Tú —dijo Eon mientras energía luminosa llenaba sus extremidades.

—Quieto ahí, Nikolev —ordenó Devon poniéndose frente a ellos— vinimos a hablar.

—Devon, Horembeb, ¿qué hacen ustedes con ese tipo? Es uno de los monjes negros es… —Pero antes de que pudiera terminar la frase, miró a la chica de tez blanca y cabello negro con toques dorados. Posó su mirada en aquellos ojos también color oro. - ¿Alice?

—Si quieres una explicación te la daremos, pero debes escuchar antes de lanzarnos algo. —Eon ignoró a Devon y caminó hacia Alice. La tomó de la mano, pero ella, de un brusco movimiento, lo rechazó.

—No se quién eres —dijo en negativa Alice.

—Alice, soy Ivan. ¿Por qué no me recuerda? —preguntó al grupo.

—Em… —Horembeb dio un paso hacia adelante y comenzó a explicar— es que esa no es “tu Alice”.

—¿De qué estás hablando?

—Te explicaremos todo —le indicó Devon— pero necesitas escuchar. Horembeb por favor.

—Hace tiempo que me separé de mi hermana. Estuve buscando cualquier indicio de nuestro padre adoptivo, Nathaniel Essex. Sospechaba que estaba vivo, así que estuve rastreando los lugares donde había estado continuando con sus experimentos. En uno de los bunkers, encontré varias vitrinas que habían sido usadas para uno de sus grandes hobbies: la clonación. Fue ahí donde encontré varios cuerpos nadando en líquido dentro de recipientes, pero estaban muertas, excepto una. Alice Corday. La ayudé a liberarse del lugar, y aceptó trabajar conmigo, pero no es la Alice que todos conocimos, es un clon”.

—¿De qué locura están hablando ustedes? —decía Iván atónito.

—Es verdad —comenzó a hablar Papillon— imagino un lazo fuerte entre tú y la “primera” Alice. Recuerdos difusos vienen a mi, con el tiempo, poco a poco, tal vez te recuerde, a todos ustedes, pero no soy la que conociste.

—Iván, se que esto es un golpe emocional para varios de ustedes —dijo Devon— pero te prometo que lo abordaremos cuando sea el momento. Darkfire trabaja para Eimi, la médium, y nos trae un mensaje: debemos detener a Adonis o el fin del mundo estará sobre nosotros.


Entraron a la oscura mansión. A pesar de que era de día, muy poca luz solar entraba en la vieja construcción. Devon explicó lo más rápido que pudo la situación y la historia de Worm:

—No entiendo por qué Médium no está aquí entonces —fue Dana la que finalmente habló.

—Nosotros tampoco lo entendemos demasiado bien —respondió Tony— algo de lo que Adonis hace está evitando que Médium nos pueda ayudar.

—No solo él, —esta vez interrumpió Darkfire—, otros como Gabriel Grimaldi también han sido “desconectados”. —Avanzaron hacia una enorme puerta tallada en madera y pintada de negro.— Adonis tiene el darkhold, y la magia está a su servicio. Soy más antiguo que él, y por eso pude escapar a su bloqueo, los mutantes siguen burlándose de nosotros, de los más antiguos. Una tristeza.

—¡No! —Un rayo de energía golpeó a Darkfire directo, haciéndolo caer al suelo.

—Shaman, ¡¿qué rayos?! —expresó Enix que estaba justo a su lado.

—Rumsey —dijo Iván sorprendido—, tenemos un trato.

—Pude entrar en su mente —dijo Shaman con sudor en la frente—. Está planeando traicionarnos.

—Es mentira —dijo Darkfire con dificultad, mientras Alice lo ayudaba a ponerse de pie.

—Ivan, controla a tu monje —dijo Devon furiosa. Pero, de un salto proyectado por la telequinesis, Shaman se lanzó contra Darkfire—. ¡Strikers! —gritó Devon.


En unos segundos los Neox ya estaban peleando contra los Strikers:

—Madre mía. Esto ya se volvió un clásico —dijo Tony, quien lanzaba un acrobático golpe a Hate.


Devon sacó una espada, que ya tenía lista para atacar en las manos.

—Detén a tu equipo, Ivan.

—Rumsey es la mano amputada que me falta, Devon. Tengo que confiar en él. —En un descuido, Darkfire estaba rezando unas palabras en la puerta negra, la cual se abrió de par en par.

—No he mentido. Ahí está él —dijo darkfire.

Al final de aquel gran salón, tras la puerta negra, se encontraba Adonis con el cuerpo inerte de Worm que parecía momificado. A su lado, su fiel y leal David y, frente a ellos, una docena de Demonios N’Garai.

—Adonis ¡Ahg! —Un grito de dolor inundó la mente de Ivan. Daniel, Dana, Enix, Calypso, Ghost e Isabella también lo sintieron y cayeron al suelo.

—¡¿Qué rayos?! —se preguntó Samara al ver a todos esos desconocidos en el suelo, mientras se reagrupaba con los Strikers.


Shaman estaba de pie y caminaba hacia donde estaban los demonios:

—Mi señor Adonis, quise distraerlos con un poco de batalla entre ambos grupos, pero el tiempo no fue suficiente.

—Ahora Adonis no puede hablar contigo, Shaman —dijo David—. El ritual ya inició, y estoy usando toda mi telepatía para protegerlo de ataques astrales y psíquicos. Nuestra seguridad depende de ti y de nuestros N’Garai. No nos falles —terminó David mientras Adonis soltaba palabras en algún idioma antiguo, sosteniendo el darkhold en su brazo izquierdo.

—Maldito calvo traidor —dijo Devon mientras su equipo se ponía a la defensa, viendo a los demonios avanzar hacia ellos.

—Me tomó varias semanas implantar esas fibras dolorosas en las mentes de mis compañeros —dijo Shaman— debes darme algo de crédito.

—Ese no es Rumsey —dijo Ivan con dolor, mientras seguía en el suelo.

—Sí que lo soy —continuó el indio—, pero soy “el otro Rumsey”, quien tomó el control desde hace tiempo.

—¡No! —dijo una proyección astral del verdadero dueño de aquel cuerpo.

—Imposible —le respondió Dark Shaman. El Rumsey original tomó del cuello al cuerpo astral de su otro yo y ambos seres comenzaron una batalla en el techo de aquel enorme salón, un Rumsey blanco contra otro negro. Una batalla que nadie podía ver.

—Ya puedo moverme —dijo Calypso. El resto de sus compañeros también podían.

—¡Destruyan ese libro! —ordenó Iván, y todos los mutantes se lanzaron al ataque contra los demonios.


Las fauces del cuerpo de Worm se abrieron y un torbellino de energía oscura comenzó a salir de su cuerpo.

En el plano astral era Shaman contra Shaman:

—¿De verdad creíste que no me daría cuenta? —dijo el Shaman dibujado en blanco.

—Sí que lo pensé. Mi egocentrismo hace que termine subestimando a mis rivales —le contestó el Shaman dibujado en energía negra.

—Esos lapsos de memoria…has sido tú todo el tiempo. Atacando la mente de mi equipo. Pero eso se acaba hoy.-


En la superficie, Darkfire esquivaba a los demonios, protegiéndose con cada Striker o Neo que se le ponía enfrente, hasta que llegó a Samara:

—Niña. Aquí está la última prueba de lo que te he enseñado. Llévame ante Adonis y acabemos con esto.

—Yo también voy —dijo Ivan que aparecía tras ellos. Samara no dijo nada, solo concentró su poder y creó un túnel de gusano que los transportó a un costado de Adonis.

—Destruyan el cuerpo —dijo Darkfire, pero un Adonis con ojos negros se percató de su presencia; giro su mirada hacia la izquierda, donde se encontraba el monje; dijo unas extrañas palabras, y el cuerpo del señor del Círculo Negro comenzó a desintegrarse.


En el plano astral Dark Shaman estrangulaba al Shaman blanco:

—No eres tan poderoso como crees, Rumsey. Adiós — Dark Shaman apretó la energía del Shaman de esta realidad, con tal fuerza, que hizo añicos al héroe, finalmente, el Dark Shaman se había hecho dueño del cuerpo. Mientras, regresaba al plano físico de Rumsey Nagra, perdiendo el símbolo del yin-yang de su frente. Retiro la capa negra de su rostro. El mal había vencido sobre el bien.

—Es muy tarde. —Dijo Darkfire mientras su cuerpo se hacía cenizas. Ivan lanzó un ataque de energía luminosa a Adonis, pero parecía que un campo de fuerza impedía que lo tocara. Los héroes estaban perdiendo contra los demonios. El monje rezó unas últimas palabras y unos halos de magia negra rodearon el cuerpo de Eon y, otros, el de Samara.


El Rumsey oscuro, ya en completo control de Rumsey Nagra, lanzó un poderoso ataque telepático, que hizo a todos los héroes tocarse las sienes. Ivan cayó al suelo mientras veía el cuerpo de Worm desintegrarse. En el techo, una enorme nube negra comenzó a expandirse, rompiendo ventanas y saliendo al mundo. Llenando de su hechizo cada rincón de la tierra:

—Lo siento Angela —dijo Devon en el suelo con llanto en los ojos.

Adonis reía, aunque ya nadie era capaz de escuchar nada. Mientras, todo se tornaba negro:

—Huye niña —dijo darkfire en un último suspiro, mientras su existencia se desintegraba. Samara entendió el mensaje: El plan A había fallado, y era hora del plan B. Creó un túnel de gusano y desapareció del lugar.

No podía reaparecer. No sabía lo que pasaba. Sentía que daba vueltas a través de la realidad y el tiempo. “Otro mundo destruido por Adonis”, pensó con nostalgia.

Cayó de bruces contra el suelo. Samara no sabía dónde estaba, se puso de pie y estaba en la cima de una colina, bajo ella había una ciudad en ruinas llena de fuego y destrucción. Una mujer encapuchada dirigía a un ejército de demonios contra un grupo de humanos, quienes oponían una última y desesperanzada resistencia.

LA ERA DE ADONIS HABÍA COMENZADO.

CONTINÚA EN: El Fin: Capitulo 1

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Notas[]

Anotaciones[]

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